Hay un número considerable de obras perdidas de Miguel Ángel. Todas estas piezas están perfectamente mencionadas en los textos de los biógrafos o en la documentación conservada. Por tanto, no hay prácticamente dudas de la existencia, aunque no sepamos cuál es la situación actual de estas obras perdidas de Miguel Ángel. Eso sí, siempre que se hayan preservado hasta el momento.
¿Quién sabe si en las próximas décadas pueden aparecer algunas obras de perdidas de Miguel Ángel?
Esculturas perdidas de Miguel Ángel
Cabeza de fauno
Hacia 1488 Miguel Ángel Buonarroti realizó una Cabeza de fauno, barbuda y riendo, que Condivi afirma que salió directamente de la fantasía del joven artista, sin emplear modelo. La habría ejecutado en su período de formación dentro del jardín de artistas que trabajaban para Lorenzo el Magnífico.
Esta escultura de mármol la mencionan las Vidas de Vasari y la biografía de Miguel Ángel de Ascanio Condivi. Aunque no se habla de su ubicación. Podría haber estado en el jardín del Palacio Medici, que fueron saqueados en 1494 ante la ola de antipaganismo promovida por el fraile dominico Savonarola.
Hércules
Miguel Ángel Buonarroti esculpió esta estatua de mármol hacia 1492-93. De más de dos metros de altura, el joven escultor hizo esta pieza de Hércules a la muerte de Lorenzo el Magnífico. Hasta el asedio de Florencia estuvo en la capital toscana, siendo su última ubicación italiana el Palazzo Strozzi.
Francisco I de Francia adquiere el Hércules de Miguel Ángel, que decoraba los jardines de Fontainebleu, donde permaneció hasta 1713, cuando se destruyó.
San Juanito
Esta obra datada por Vasari y Condivi entre 1495-96 presenta muchos problemas entre los investigadores. Su comitente fue Lorenzo di Pierfrancesco de Medici.
Hoy se cree que esta estatua del San Giovannino sería la escultura de San Juanito de la capilla del Salvador de Ubeda. En 1936 aparecieron los fragmentos de una pequeña imagen de un San Juan Bautista. Parece que Cosimo I de Medici donó la pieza de mármol del santo de Miguel Ángel a Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V, en 1537. Este Francisco de los Cobos era el promotor de la iglesia de Úbeda, la capital del arte del Renacimiento en Andalucía.
Cupido durmiente
En 1496 Michelangelo creó el Cupido durmiente como una falsa antigüedad. El entendido en estatuaria clásica, el cardenal Rafael Riario, compró esta obra como antigua. Fruto de esta adquisición, Miguel Ángel se reveló como el autor de una obra contemporánea y consiguió contratar la escultura del Baco para el cardenal.
La obra del genio del Renacimiento pasó por las manos de César Borgia, Guidobaldo da Montefeltro e Isabel d’Este. Carlos I de Inglaterra adquirió la obra desde la colección Gonzaga. Probablemente el Cupido dormido de Michelangelo se perdió en el incendio del Palacio de Whitehall en 1698.
Cupido-Apolo
En una carta que Miguel Ángel envía a su padre en 1497 revela que para ejecutar esta obra utiliza un bloque de mármol que había comprado para un contrato de Piero de Medici, finalmente anulado.
La figura representaba un adolescente armado con flechas, por lo que algunos biógrafos hablan de un Cupido y otros de un Apolo.
La escultura permaneció en casa de Galli en Roma, por lo menos hasta que se cree que fue vendida junto al Baco a los Medici en 1571-72.
La escultura del Cupido Apolo de Michelangelo Buonarroti formó parte de la colección de los Medici en Florencia hasta el siglo XVIII, según las menciones. Después, desaparece de forma misteriosa.
David de Rohan
La Signoria de Florencia decidió recompensar al mariscal Pierre de Rohan por los servicios militares prestados a la ciudad. Para ello, le regalarían un David de bronce realizado por el escultor de moda, Michelangelo Buonarroti. Entre 1502 y 1508 realizó esta obra, que requería procedimientos técnicos de la escultura a la cera perdida, diferentes a la talla en mármol.
Como el militar Pierre de Rohan cayó en desgracia con el paso de los años, se escogió como beneficiario de la obra del David broncíneo a Florimond Robertet, tesorero de Francia.
Se conoce la situación de la escultura del David de bronce de Miguel Ángel en el Hôtel d’Alluye, en el Castillo de Bury y en el castillo de Villeroy. Puede que siglos después se perdiera la relación de aquel bronce con su fantástico autor. Probablemente la escultura de Michelangelo del David de Rohan se destruyó durante los altercados de la Revolución Francesa.
Julio II Bendiciendo
Entre 1506 y 1508 Miguel Ángel creó su segunda estatua de bronce. El maestro del mármol hizo su segunda obra modelada, la estatua del papa Julio II bendiciendo.
Se trataba de un retrato del pontífice, sentado y bendiciendo, colocado ante la fachada principal de la Basílica de San Petronio de Bologna. Esta escultura de Miguel Ángel en Bologna conmemoraba la conquista de la ciudad por parte de los Estados de la Iglesia.
En 1511, cuando Bolonia recuperó su independencia, los ciudadanos tiraron la estatua del papa Julio II bendiciendo. Con los restos de bronce el duque de Ferrara Alfonso d’Este hizo una culebrina que llamó Giulia.
Pinturas perdidas de Miguel Ángel
San Francisco recibiendo los estigmas
Se atribuye a Miguel Ángel una témpera sobre tabla hoy perdida con el tema de San Francisco recibiendo los estigmas. Sería una tabla para altar no muy grande en la iglesia de San Pietro in Montorio de Roma, realizada en la primera estancia del artista florentino en la ciudad eterna.
Vasari la concibe como obra de Michelangelo Buonarroti, aunque en la segunda edición de sus Vite afirma que sólo el dibujo era del genio del Renacimiento.
Leda y el cisne
Michelangelo Buonarroti pintó este cuadro para Alfonso I de Este en 1530, para saldar con el aristócrata una deuda artística contraída dos décadas antes.
Era una témpera sobre tabla donde se mostraba la escena de Leda con el cisne entre sus piernas, la representación de Zeus.
Escriben los biógrafos de Miguel Ángel que el encargado de recoger la obra para el duque de Ferrara dijo que la Leda y el cisne era poca cosa. El artista, orgulloso, rechazó el envío. En cambio, la cedió a Antonio Mino, quien la llevó a Francia.
En 1531 Leda y el Cisne de Miguel Ángel estaba en el Castillo de Fontainebleu, en la colección de Francesco I. A partir de ahí no se sabe mucho más de la obra: algunos autores dicen que se ocultó, otros que fue quemada por un ministro de Luis XII que la encontró inmoral.
Todavía quedan algunas copias de este ejemplar de las obras perdidas de Miguel Ángel. La más fiel está atribuida a Rosso Fiorentino en la National Gallery de Londres.
Noli me tangere
En 1531 el general de Carlos V Alfonso de Ávalos comisionó un cartón de Miguel Ángel con el tema de Noli me tangere. Ávalos era sobrino de Vittoria Colonna, que habría precisado cómo se debía de diseñar la escena del encuentro entre Jesucristo resucitado y María Magadalena.
La obra era un cartón que probablemente sería traducido pictóricamente por el pintor manierista Pontormo. El cartón de Miguel Ángel permanecería en el guardarropa de Cósimo I en el Palazzo Vecchio de Florencia, donde se pierde la pista.
Hay una versión en la Casa Buonarroti atribuida a Bronzino.
Venus y Amor
Este otro cartón de Miguel Ángel funcionó como base para la pintura de óleo sobre tabla de Pontormo conservada en la Galleria dell’Accademia de Florencia. Michelangelo creó el cartón original en 1533.
Crucifixión para Vittoria Colonna
Hacia 1545 Miguel Ángel regaló a su amiga Vittoria Colonna un pequeño cuadro con una Crucifixión. Sería una obra de pequeño tamaño destinada a la oración.
La base de la pintura de la Crucifixión para Vittoria Colonna sería el dibujo de Michelangelo conservado en el British Museum de Londres.